Experiencias compartidas que crean
la imaginación
Es interesante saber, cómo nos
podemos comunicar en un instante con personas que están muy lejos de nosotros y
al mismo tiempo nos estamos alejando de las que están cerca. Actualmente es
raro ver a un niño sentado a un lado de su abuelo escuchando sus aventuras e
historias de cuando era joven, transmitiendo sus costumbres y tradiciones,
compartiendo leyendas, enseñando lo difícil que es la vida, dando consejos, que
a su manera son la mejor filosofía que existe en el mudo.
En lo personal busco a quien lleva en su cabeza un manto de nieve, para escuchar
sus relatos, me gusta imaginar lo que me cuentan, camino en su pasado y vivo cada
arruga que tienen en su rostro, estoy seguro que es producto de una vida llena
de alegrías y tristezas, triunfos y fracasos; pero sobre todo con ganas de ser
escuchadas.
Me sorprende ver su estilo de
escribir, es delicado y difícil de entender por su forma, al mismo tiempo
es muy fina, cada letra que van
plasmando lleva esa esencia que los hace únicos.
La tecnología avanza
constantemente, con un clic y en segundos navegas para conocer todo el mundo,
pero no se compara con la compañía de un cuerpo encorvado cubierto por un
jorongo, manos temblorosas apoyadas sobre un trozo de vida seca e invitándote a
viajar en ese mundo maravilloso de los recuerdos y para cerrar con broche de
oro, un atardecer con aroma a felicidad.
ATTE. Oscar S. S
Comparto su idea en un sentido, maestro Oscar.Sobre todo porque este contacto de dos vidas, a través del diálogo, exalta el puesta en práctica de varias habilidades como la capacidad de escucha, la expresión oral, la interpretación del mensajr, la reflexión del mismo, etc.
ResponderEliminarBien nos hace apreciar aquel manto de nieve que cubre grandes experiencias, anorados recuerdos, porque generan máximas imágenes creativas en la mente de quienes las deleitan.